
Todo el mundo lo sabe, no hay quien se salve del juicio a la belleza ya desde el comienzo, no bien asoma a este mundo, que irá tornándose más implacable según pasan los años y a lo lindo o no tanto se le sume la edad, transformada en el peor de los pecados que se pueden cometer sin agredir a nadie. Es la historia de los lindos, los feos y los ni muy ni tan de toda la vida, que el otro día, con motivo de la inauguración de los Juegos Olímpicos en Pekín, tuvo una de sus expresiones más elocuentes en un playback que trascendió como ejemplo de esteticismo incomprensible. Según la agencia ANSA, la chica de 9 años que cantó Oda a la patria , "con mohines deslumbrantes y voz angelical", en realidad no cantó nada, sino que hizo como si : la cantante real, de 7 años, permaneció detrás de la escena, ya que si bien reunía los requisitos vocales no cumplía con aquellos de la puesta en escena: ser más linda de lo que es, según el criterio de los organizadores. Un acto de discriminación que duele más al afectar la sensibilidad de un chico, y que por supuesto contradice el espíritu de estos Juegos, donde, se entiende, el valor está en el talento personal, el esfuerzo y la perseverancia para destacarse en tal o cual actividad física. Claro que no sólo en China esto puede suceder; de hecho, entre nosotros hay un sinfín de situaciones cotidianas en las que se discrimina a chicos y grandes por su aspecto. Por ejemplo, la chica que entra en una casa de ropa y es censurada en silencio al no encajar en el modelo vigente ; la que va a una entrevista de trabajo y la descartan porque no tiene buen tipo ono es rubia y de ojos celestes; el chico que es burlado en el colegio por algún rasgo destacado; la mujer que por la calle es filmada sin saberlo para transformarse por algún detalle de su aspecto en el hazmerreír de algún programa donde no hay nada mejor que hacer que cargar al otro. Y así. Ni hablar de la discriminación por cuestiones de edad, que sigue en alza alimentada incluso por quienes la padecen y por la maquinaria mediática, para la cual sólo los jóvenes (algunos, desde ya) pueden ser lindos, exitosos e importantes... De los demás, ni hablar. Escrito por:
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